El encuentro se desarrollará desde el próximo jueves hasta el miércoles 24. Habrá muestras competitivas, charlas, entrevistas, workshops y talleres, en los que se verán materiales de ficción, documentales, videos publicitarios y video arte, entre otros trabajos.
Nacida hace veinte años, la Asociación de Autores de Fotografía Cinematográfica Argentina (ADF) busca valorizar y hacer visible el trabajo realizado por quienes muchas veces quedan en el anonimato ante la omnipresencia de los actores o los cineastas y que, sin embargo, juegan un rol clave en la construcción estética de una película. Desde el jueves próximo hasta el miércoles 24 se realizará la segunda edición del Festival Luz de Fotografía Cinematográfica, organizado por esta asociación, con una muestra competitiva latinoamericana, una muestra de cortos brasileños y otra sección denominada Panorama Latinoamericano. Además, el evento incluirá charlas, entrevistas, workshops y talleres en los que habrá materiales de ficción, documentales, videos publicitarios y video arte, entre otros trabajos. La apertura se realizará este jueves a las 19 en el Espacio Incaa Gaumont, donde se proyectará Wild Horses, un corto dirigido por Stephanie Martin y fotografiado por Robert Richardson, quien obtuvo tres premios Oscar por sus trabajos en JFK, de Oliver Stone; El aviador y Hugo, de Martin Scorsese.
“Este es el segundo año que hacemos el festival. Arrancó el año pasado y para esta edición tenemos muchas más aspiraciones”, se entusiasma Alejandro Giuliani, vicepresidente de ADF. Una característica acorde con el espíritu de la muestra es que no serán los cineastas quienes presenten los cortos (como suele suceder en todos los festivales) sino los propios directores de fotografía. “Esto está pensado así justamente para valorizar la autoría de la imagen cinematográfica. Y esto no significa cobrar regalías sino que si a uno lo contratan para que se vea de determinada forma, el proyecto debe verse con esa idea por la cual a uno lo contrataron. Y el trabajo del director de fotografía no termina en el set. Termina en cómo lo ven. Si te contratan para que algo sea amarillo, lo importante es que cuando el espectador lo vea siga siendo amarillo”, argumenta Giuliani.
La convocatoria para presentar trabajos, que después fueron seleccionados por un jurado especializado, se realizó a través de escuelas de cine (son donde más cortos se realizan); entre ellas, la Enerc, la FUC, la UBA (Diseño de Imagen y Sonido) y el Cevyc, entre otras. El primer festival contó solamente con material de autores argentinos, pero a partir de este año se amplió a lo latinoamericano. “El año pasado se formó la Federación Latinoamericana de Autores de Fotografía Cinematográfica (Felafc). Dentro de la federación estuvimos viendo que la problemática del director de fotografía y del cine, en particular, es la misma acá que en toda Latinoamérica. En principio, porque el cine latinoamericano es el que menos se ve en el continente. Para que crezca nuestra industria es importante la visualización de los trabajos y el reconocimiento. Entonces, la idea es para fomentar el trabajo latinoamericano. Y no lo hacemos a nivel internacional porque no nos interesa valorizar o diferenciar lo que es todo el trabajo del mundo sino lo que es Argentina y Latinoamérica”, reconoce Giuliani.
La muestra competitiva está compuesta por tres programas de siete cortos cada uno. Uno de ellos es el argentino El precio, en el que dos hermanos secuestran a una desconocida para infiltrarse en una red de trata y rescatar a su hermana. Otro corto argentino es Tal vez la próxima, que aborda las vicisitudes de una mujer que, luego de siete años de ausencia, regresa a Buenos Aires para finalizar los trámites de sucesión de su padre. El corto colombiano Lux aeterna, en tanto, pone el foco en un matrimonio de campesinos que vive en las montañas y que con más de ochenta años de edad y, en situación de abandono, recibirán a la muerte en paz. Otro corto argentino es Cuchipanderos, sobre un hombre que decide pasar sus últimos cuatro días de vida con tres grandes amigos. “No se tuvo el criterio de elegir los mejores cortometrajes sino los que están mejor realizados desde la fotografía. Y aquellos en los que la fotografía apoya al relato. Es muy precisa la selección”, afirma Giuliani, quien informa que eligieron 21 entre 130 cortos que se presentaron.
Paralelamente al programa de cortos en competencia se desarrollará una muestra con cuatro trabajos de la Asociación Brasileña de Cinematografía. Por otro lado, el Panorama Latinoamericano está compuesto por cortos que no participan de la competencia y que provienen de Colombia, Perú y Venezuela, entre otros países. “El Panorama Latinoamericano no tiene cortos que hayan quedado descartados de la muestra competitiva sino que se trata de películas que varias asociaciones de la Felafc consideraron que podían representar a cada país. De nuestro país fue elegida Diamante Mandarín, que representa mucho la idiosincrasia argentina”, explica Giuliani.
La cuarta pata de este festival son las actividades especiales. Entre ellas, puede mencionarse la entrevista pública a directoras de fotografía, titulada “El secreto de sus miradas”. También se ha programado “Luz serial”, actividad en la que se abordará cómo trabajar y sostener la subjetividad de una serie y el vínculo entre el realizador y el director de fotografía. La charla “La luz del miedo” propondrá establecer una mirada basada en las experiencias de profesionales del género en el cine nacional. El taller “Led, cámara, acción” tiene como objetivo realizar una actividad práctica de iluminación con LED para explicar qué es y cómo funciona y cómo responden los nuevos equipamientos para el cine.
* Programa completo, fechas, sedes de proyección y actividades en adfcine.org.
Nota de Oscar Ranzani
FUENTE: Página 12
