Finalmente, la CGT se movilizó a Plaza de Mayo y llevó adelante un acto que posiblemente sea recordado como el más corto de la historia del movimiento obrero argentino. La convocatoria contó con la participación de la mayoría de los gremios confederados, entre los que se encuentran los que pertenecemos a la Corriente Federal de Trabajadores, las dos CTA y la CTEP, movimientos sociales, y distintas fuerzas políticas. Miles y miles de trabajadores nos movilizamos a la plaza por trabajo y justicia social.
La conducción de la CGT finalmente consensuó trascender la coyuntura electoral y realizar la marcha. El único orador fue el dirigente Juan Carlos Schmidt quien en un discurso adelantado en el tiempo y muy corto fustigó las políticas económico-sociales del gobierno, la represión de la protesta social y resumió los principales reclamos de las distintas vertientes internas solicitando un cambio de modelo para orientarlo a la producción y el trabajo. Asimismo, reclamó la aparición con vida de Santiago Maldonado.
A la hora en que estaba citado el inicio del acto Schmidt finalizó su discurso anunciando que la conducción convocaba a un Comité Central Confederal para debatir la coyuntura y decidir la fecha de un paro nacional.
Más allá de nuestras profundas diferencias con la conducción de la central obrera, el SATSAID y los gremios de la CORRIENTE FEDERAL DE TRABAJADORES estuvimos presentes con el convencimiento de que los trabajadores organizados tras las CGT y con un plan de lucha constituimos el único sector en condiciones de cambiar el rumbo económico del gobierno y sus visibles consecuencias de caída del empleo, la producción y aumento progresivo de la desigualdad social.
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