La noticia es la primera versión de una historia. Desde que surgieron los medios electrónicos, los documentos escritos dejaron de ser la única fuente de documentación de un hecho. Desde sus nacimientos, tanto la radio y como la TV sumaron horas y horas de testimonios sonoros, fílmicos y de video de los sucesos que marcaron cada época.
Todo ese archivo puede ahora ser revisitado a partir de su digitalización y publicación en una web de acceso libre. Prisma permite navegar los archivos de la TV Pública y Radio Nacional, y volver visitar cada acontecimiento tal como fueron enunciados por las propias voces de protagonistas.
“Con anterioridad al decreto de 2013, se comenzó un proceso de digitalización que se estaba dando pero como un modo de preservación del material para uso interno”, dice Javier Trímboli, asesor historiográfico de la TV Pública.
“La pantalla de TV Pública y el aire de la radio no tienen capacidad para absorber la cantidad de material que existe y que día a día suma más horas. No hay forma de que la pantalla pueda dar cuenta de esa cantidad. Actualmente hay mil horas, ya esa cantidad de horas en términos de programación es imposible de emitir.”
–¿Hay mil horas publicadas y cuántas faltan?
–Entre los dos archivos RTA (el canal y Radio Nacional) estaríamos teniendo 100 mil horas. Un 10% está digitalizado y en la Web está el 1 por ciento. Sólo es un botón de muestra que está creciendo día a día.
–¿Qué joyitas hay?
–Hay una conferencia de prensa que da Reynaldo Bignone en 1982, después de la guerra, donde le preguntan por Malvinas y alguien borró la cinta, quedó cortada la pregunta y no está la respuesta.
–¿Y eso está así en la Web?
–Después, un trabajador logró recuperar la pregunta entera y la respuesta, lo cual ilustra la manipulación que ha tenido el material. Es algo que es muy interesante de hallar.
–¿En qué condiciones estaba todo?
–La conciencia que tenemos de lo que hay todavía es parcial. Estamos a penumbras, aún. Hoy tenemos las latas fílmicas que son parte del archivo del canal y que los compañeros vienen preservando desde hace tiempo atrás, que están en una bodega acondicionada con temperatura y condiciones adecuadas para que los materiales no se degraden. Esa bodega se construyó en 2009. Lo mejor que sucedió es que, por un lado, algunos trabajadores con conciencia del valor de ese material hicieron todo lo posible por preservar parte de ese material. De no ser por ellos, no nos hubiera legado nada. Hicieron todo lo posible por encontrar una suerte de refugio pequeño para resguardar material.
Desde 2009 hay una decisión de política pública de construir condiciones indispensables para la preservación de esos materiales y a la vez se inició la digitalización. Estas políticas tienen un punto más de desarrollo con esta decisión de democratizar el acceso a estos materiales, que es una enorme novedad.
–¿Existe otro país que tenga su archivo audiovisual abierto y libre, sin ninguna condición de acceso?
–Hay un ejemplo muy interesante: el instituto nacional audiovisual francés, que tomamos como ejemplo. Ellos tienen una serie de restricciones importantes y hoy es una página del Estado pero está llena de propaganda. Hace unos años no era así; está ahora tirada a grandes empresas y ofrecen un conjunto de materiales. Lo que ofrecen son gemas, piezas muy importantes, muy cuidadas, y tienen un proceso de edición, lo ofrecen tal como fue emitido. Y nosotros estamos empatados entre material crudo y el editado.
Hay material que nunca fue visto, material que fue descartado, para armar dos minutos, de un crudo que es una hora.
Fuente: Tiempo Argentino