El SATSAID participó entre los días 11 y 12 de mayo, en la Ciudad de Santiago de Chile, del primer Taller “Acción sindical sobre derechos de los trabajadores del sector audiovisual y artístico de Chile”, organizado por FetraTV (Federación de Trabajadores de la Televisión Chilena) y Sidarte (Sindicato de actores de Chile), con el apoyo de UNI MEI Panartes (Federación Panamericana de Sindicatos de Artes, Medios de Comunicación y Espectáculos de las Américas) y FIA LA (Federación Internacional de Actores de Latinoamérica).
El taller contó con la presencia de 25 delegados de Chile, Brasil, Uruguay, Argentina, Suecia y Bélgica, quienes debatieron durante 2 días, entre otros temas, sobre las trabas a la negociación colectiva por parte de los Canales Chilenos, la realidad laboral chilena y la situación de los Sindicatos del sector.
Fueron exponentes de este encuentro el Ministro SEGEGOB Marcelo Díaz, el subsecretario del Trabajo Francisco Díaz, el Vicepresidente de la CUT Norberto Díaz, la Seremi de Trabajo María Eugenia Puelma, la presidenta del Colegio de Periodistas Javiera Olivares, los Presidentes de SIDARTE Andrea Gutiérrez y FetraTV Ivan Mezzano, el Director de Gremio Cine de Uruguay Daniel Fernández, la Directora de Sindcine (Sindicato de Técnicos de Cine de Brasil) Anna Paola Lorusso Martino y Secretario de Relaciones Internacionales del SATTSAID (Sindicato Argentino de Televisión, Telecomunicaciones, Servicios Audiovisuales, Interactivos y de Datos) Gerardo González.
A partir de 1978, el Ministro de Trabajo Chileno de ese momento José Piñera de ideología neoliberal, implementa un Plan Laboral que restringe la negociación colectiva y anula en la práctica el derecho a huelga al permitir la contratación de reemplazantes, habilitando también la negociación individual.
Prohíbe la huelga para los trabajadores fiscales y las industrias estratégicas como el cobre; la huelga podía durar hasta un máximo de sesenta días, dando por supuesto que pasado ese plazo los trabajadores debían renunciar voluntariamente al trabajo o aceptar las condiciones ofrecidas por la empresa, además de permitir que a partir de los 30 días, la empresa negocie individualmente con los trabajadores y que con un mínimo de trabajadores se pueda censurar a los dirigentes sindicales.
Además, se permite a los empresarios declarar el lock-out en las empresas, otorgándole amplias facultades para reemplazar a los huelguistas y despedir. Cada una de las modificaciones sobre el mundo laboral apuntaron al objetivo de eliminar al movimiento sindical en su condición de agente socio-político nacional limitándolo a un papel negociador débil en el terreno económico-reivindicativo y a dejar paso libre a las “Leyes del Mercado” en el plano de las Relaciones Laborales.
Esta legislación hizo que Sindicatos deban limitar su accionar al ámbito de la empresa, pudiendo crearse organizaciones Sindicales con solo 8 trabajadores, originándose en la práctica que en una empresa de 100 trabajadores existan en algunos casos más de 5 Sindicatos.
Con el agravante que las grandes empresas pueden obtener una clave tributaria (multirut, similar al CUIT de Argentina) por establecimiento y de esa forma, lograr que los Sindicatos sean a nivel sucursal.
Con esta legislación existen en Chile más de 11400 Sindicatos activos, la mitad de ellos tienen 40 afiliados o menos, organizaciones cuya vida en un 60% no supera los 10 años, en Chile se crean y desaparecen Sindicatos todos los días.
En el 81,8% de las empresas de 10 o más trabajadores no existe y nunca ha existido un Sindicato.
Actualmente existe un proyecto de Reforma Laboral en el Congreso, el cual sufrió un duro revés en el Tribunal Constitucional en las últimas semanas, el cual rechazó la Titularidad Sindical, impidiendo que los sindicatos puedan ser los únicos negociadores autorizados por ley ante el gran empresariado.
Los participantes de Latinoamérica rechazaron unánimemente la decisión de las televisoras de la región de traer producciones foráneas a la pantalla, llenándolas de series turcas, brasileras y hasta Coreanas (Telefe Argentina). Las explicaciones de los productores y dueños de los canales de TV a esta decisión es que les sale “más barato” comprar producciones foráneas y repetirlas hasta el cansancio en lugar de producir localmente.
