Pakapaka y el peligro de la imaginación – SATSAID
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Pakapaka y el peligro de la imaginación

Pakapaka y el peligro de la imaginación

La primera señal infantil pública y educativa sufre un severo recorte presupuestario, parálisis administrativa, falta de nuevas producciones y el desarme de áreas clave. Alerta por su continuidad.

El programa se llama La Máquina del tiempo – Ciclo de Cine Retro y lo dan en Pakapaka. Hay una gran selección de películas que ya cuentan décadas: La historia sin fin, Laberinto, Los Cazafantasmas, Los Goonies y Los locos Adams. Lo pasan los viernes, sábados y domingos. Pero, ¿por qué una señal infantil y educativa propone, en horarios centrales, la proyección de filmes de hace más de treinta años en la era del streaming? La respuesta es bastante simple, muy triste y también desmoralizante: porque no tienen presupuesto para llevar adelante sus propias producciones, porque sufrieron un corte abrupto en su financiamiento, parálisis administrativa y el desarme de áreas clave.

Pakapaka surgió, en un primer momento, como una franja dentro de Encuentro, el primer canal público, cultural y educativo creado por el Ministerio de Educación de la Nación, en 2005. Unos años después, la franja infantil se transformó en una señal propia: fue el 17 de Septiembre de 2010, ocho años atrás, con emisiones que iban las 24 horas por los sistemas de cable y la TDA (Televisión Digital Abierta) aunque Cablevisión (la mayor empresa de televisión por cable en Argentina, con más de tres millones de abonados) se resistió poco más de un año en subir la señal a su grilla. “El proceso de creación de esta señal fue amplio y participativo, con etapas de investigación, formación, intercambio de ideas, saberes y conocimientos con especialistas en diversas disciplinas, observación y, especialmente, el compromiso con una manera de pensar a la infancia, distinta de la que propone el mercado”, mostraba la señal en uno de sus primeros comunicados.

Fue el primer canal infantil, público, creado por el Ministerio de Educación de la Nación, y entre los primeros en pensar las infancias en América latina. En eso, ayudó, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) 26.522 –sancionada en 2009 después de un amplio debate de organizaciones sociales y cooperativas, sindicatos, universidades, organismos de Derechos Humanos, asociaciones de radiodifusores y radios comunitarias–, que estimulaba la programación de franjas infantiles, la obligación de emitir de tres horas diarias en los canales privados de aire (de los cuales una hora y media estaba destinada a la producción nacional), y el acceso y la participación de los contenidos de calidad de los niños. La norma, además, estipulaba la creación de un Consejo Asesor de la Comunicación Audiovisual y la Infancia (CONACAI, Artículo 17) para proteger los derechos de los chicos en los medios.

La programación de Pakapaka se dividió, en un primer momento en dos franjas: Ronda Pakapaka, dirigida a niños y niñas de dos a cinco años, y Pakapaka, de seis a doce años. En ese entonces, los productos audiovisuales se desarrollaban en diferentes formatos y propuestas estéticas: ficción, animación 2D, 3D y stop motion, documental, vivo, estructurados con una duración diferenciada –entre once, quince y veintiocho minutos, y con microprogramas de dos a cinco minutos– y con contenidos divididos en cuatro módulos de programación, en relación con la hora de entrada y de salida de los chicos en los distintos turnos de los jardines y las escuelas.

“En Pakapaka los chicos y chicas hablan por ellos mismos, relatan sus historias, hacen preguntas, muestran los lugares en los que viven, abren su mundo y comparten sus experiencias, sus miedos, fantasías y deseos. Sus voces son escuchadas de múltiples maneras: desde relatos de historias, narraciones de fantasías, interrogantes, desafíos lúdicos, hipótesis, adivinanzas, juegos de palabras, entre otras manifestaciones posibles”, contó una de sus primeras directoras, Cielo Salviolo. Los padres, por su parte, no solo aplaudieron los contenidos: también se mostraban agradecidos por que la pantalla reflejara las tonadas y los modos del habla propia de los chicos, sin carrousel, apetitos, nevera ni pasteles. Sin publicidad donde reflejar el consumo de una sociedad absurda y desigual, en medio del bombardeo de las ocho señales infantiles –Cartoon Network, Disney Junior, Discovery Kids, Disney XD, Disney Channel, Nickelodeon, etcétera— de un solo origen: los Estados Unidos.

Pero Pakapaka -como Encuentro y DeporTV- sufrió, desde el principio de la gestión Cambiemos, todo tipo de cambios y transformaciones. En los primeros meses de gobierno, tanto el Ministerio de Educación (Esteban Bullrich) como el Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos (Hernán Lombardi) se disputaron el control de los canales. En ese momento, de hecho, Educ.ar Sociedad del Estado quedó a cargo de Guillermo Fretes, el CEO de Despegar.com –una empresa de turismo y viajes—(que renunció a su cargo hace un par de semanas atrás). Lo hicieron sin debate y por un decreto, el 1.222, que fue firmado en diciembre de 2016 y que zanjó aquel problema entre Educación y Medios.

El documento “Contenidos Públicos Sociedad del Estado” cambió la dependencia y la orientación de las tres señales educativas (Encuentro, Pakapaka y DeporTV), además de ACUA y BACUA, que pasaron a depender de manera exclusiva de la Jefatura de Gabinete (Marcos Peña) y el Sistema Federal de MediosPúblicos. Fue publicado en el Boletín Oficial, sin respaldo ni sanción del Congreso, pese a que modificaba y salteaba la Ley Nacional de Educación 26.206 aprobada en 2006, donde uno de sus artículos, el 102, marcaba la creación de estas señales.

Los cambios decretados en el Gobierno –como anotó el docente e investigador en Políticas de Comunicación, Martín Becerra– fueron en detrimento del recorrido de los canales educativos. “Que el área dirigida por Marcos Peña sincere el control de todos los canales de producción simbólica –que ejercía antes de este decreto– potencia su perfil como usina propagandística oficial. El hecho de que vuelva a modificarse la política de medios por decreto –y no por ley– y que la dirección dispuesta por decreto responda directamente al Poder Ejecutivo Nacional reactiva la pertinencia de la crítica a un gobierno que, cuando era oposición, reclamaba un trato más consensuado y mayor respeto ‘republicano’ (aunque las leyes que regularon los medios audiovisuales y las telecomunicaciones fueron fruto de tratamiento por parte del Congreso Nacional y en el caso de la ley audiovisual fue validada integralmente por la Corte Suprema de Justicia en 2013)”.

El Consejo Asesor de la Comunicación Audiovisual y la Infancia (CONACAI, Artículo 17), integrado por el Estado Nacional, a través del Ministerio de Educación, el Ministerio de Desarrollo Social y el Foro Parlamentario por la Infancia, dependiente del Poder Legislativo; gobiernos provinciales; organizaciones sociales; gremios vinculados al sector educativo y organizaciones no gubernamentales (en busca de una composición multidisciplinaria, pluralista y federal), el encargado de proteger los derechos de los chicos en los medios, se difuminó con el desarme de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA, que reemplazó al COMFER) y el desguace de la LSCA. En la nueva gestión, solo quedó representado por un consejo asesor, dentro del Consejo Asesor general del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), a cargo de la ahora Secretaría (ex Ministerio) de Modernización que dirige Andrés Ibarra. Nunca se reunió desde su nueva conformación.

La producción de Pakapaka no mejoró con el decreto ni tampoco con el cambio de ministerio: al contrario, bajó hasta un 75%. De 87,60 horas de producción propias (19 series y siete microprogramas, muchos realizados durante la gestión anterior), se pasó a menos de la mitad en 2017: fueron, en total, ocho series, cinco micros y una app, unas 37,55 horas. En 2018, la cifra (aunque parcial porque estamos recién en Agosto) es de seis producciones propias (seis series y dos microprogramas), con un total de 22.75 horas.

Los trabajadores, por su lado, desde 2016 y 2017, denuncian una serie de despidos, retiros voluntarios (más del 60 por ciento de la planta de los canales Encuentro, Pakapaka y DeporTV) y la falta de cumplimiento de una paritaria obtenida en 2017: continúan con el mismo salario de 2016, pese a la inflación desbocada. “Además de la pérdida como herramienta educativa de estas señales, Encuentro, Pakapaka y DeporTV tenían un sistema de producción delegada que generó, en el período 2007-2015, más de 25 mil puestos de trabajo en el sector audiovisual de todo el país. Este esquema de producción intentó hacerle frente a la concentración absoluta de las grandes productoras de la ciudad de Buenos Aires y federalizar en serio los relatos que se producían sobre la Argentina federal. Cordobeses narrados por cordobeses, por ejemplo”, denunció la ex directora del Polo, Jésica Tritten, a fines de diciembre de 2017.

Si los contenidos de las señales públicas fueron creados originalmente para fortalecer y complementar el sistema educativo –un trabajo en conjunto que se llevó adelante durante estos años junto con las áreas curriculares, pedagógicas y de formación docente del Ministerio de Educación- con las nuevas disposiciones y decretó se terminó por perfilar un cambio de rol en sus funciones. Los presupuestos, en este sentido, también sufrieron una baja tan devastadora que hasta hace peligrar la misma continuidad de los canales: Pakapaka pasó de 101.626.748 pesos en 2016 a 36.499.652 en 2017 (casi dos tercios menos), y en 2018 alcanzó su mínimo histórico: solo 6.583.231 pesos.

El Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos que dirige Lombardi desde 2016 también amenaza a los trabajadores de los canales con mudar las oficinas del Espacio por la Memoria y los Derechos Humanos, en la ex ESMA, en el barrio de Núñez, donde se creó el Polo Educativo de Producción Tecnológica y Audiovisual, hasta el predio donde funcionaba el parque de Tecnópolis (ahora del Bicentenario, Ciencia, Tecnología, Cultura y Arte), en Villa Martelli, en la provincia de Buenos Aires. La pregunta es, ¿Pakapaka formará parte de ese nuevo desembarco?

O será el mismo que en La historia sin fin decretaba: “¡La Nada se hace cada día más poderosa!”

Nota de Tamara Smerling

FUENTE: Letra P

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