“…Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí.
Sólo quiero eso. Casi nada. O todo.”
(Fragmento de un texto de Ángeles Caso, elegido por Carlos Arrigoni, y que nos enviara a nuestro correo y al de otros compañeros, el día 9 de Octubre de 2014)
La pucha si valió la pena, Carlitos, la pucha…
Hasta mañana.
No dejes de leer “Carlos Arrigoni honró a nuestro gremio”.
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