{"id":12643,"date":"2015-12-29T00:00:00","date_gmt":"2015-12-29T03:00:00","guid":{"rendered":"https:\/\/satsaid.com.ar\/noticias\/la-tv-resiste-la-banda-ancha\/"},"modified":"2022-10-21T19:31:54","modified_gmt":"2022-10-21T22:31:54","slug":"la-tv-resiste-la-banda-ancha","status":"publish","type":"noticias","link":"https:\/\/satsaid.com.ar\/noticias\/la-tv-resiste-la-banda-ancha\/","title":{"rendered":"La TV resiste la banda ancha"},"content":{"rendered":"
El a\u00f1o que termina es, probablemente, el m\u00e1s esquizoide que nos ha tocado vivir desde el entretenimiento audiovisual. La televisi\u00f3n fue, como nunca, el ahora, ya mismo de la pol\u00edtica. El cine fue el reino de las galaxias muy lejanas a las que el espectador es arrastrado mediante toda tecnolog\u00eda de inmersi\u00f3n. \u00bfResultados? R\u00e9cord secular en venta de entradas (m\u00e1s de cincuenta millones, aunque hay que esperar las cifras finales) y una competencia televisiva cuyo ganador m\u00e1s claro fue Am\u00e9rica, incluso si qued\u00f3 tercero en el rating general anual.<\/p>\n
El reality de la pol\u00edtica<\/strong><\/p>\n Como en pocas temporadas, 2015 careci\u00f3 de una gran ficci\u00f3n. Quiz\u00e1s la mejor -al menos la m\u00e1s original y jugada formalmente- fue Historia de un Clan, la producci\u00f3n de Underground dirigida por Luis Ortega, uno de los realizadores cinematogr\u00e1ficos m\u00e1s iconoclastas y personales del cine argentino reciente. Porque apel\u00f3 al onirismo, a la locura mostrada de manera original, a cierta mezcla de humor negro con alegor\u00eda que no se ha visto con frecuencia en la TV argentina (quiz\u00e1s Tumberos, por ejemplo) fue una rareza. <\/p>\n A\u00fan cuando en n\u00fameros le termin\u00f3 ganando la floj\u00edsima Signos, que intent\u00f3 una de asesinos seriales en el costumbrista mundo Pol-ka y no cuaj\u00f3, Historia\u2026 tuvo sus picos y sus planos memorables, incluso si no fue, en absoluto, una serie \u201cdocumental\u201d sino una interpretaci\u00f3n est\u00e9tica de la historia de los Puccio, algo que a veces saca a la luz m\u00e1s verdad que la simple exposici\u00f3n. De todos modos, lo que mejor funcion\u00f3 fue Esperanza M\u00eda, una extraordinaria m\u00e1quina de dise\u00f1o infanto-juvenil alrededor de Lali Esp\u00f3sito de excelente resultado en la primera noche de El 13.<\/p>\n Pero fueron \u00e9xitos \u201cnormales\u201d, lo mismo que el can\u00f3nico ShowMatch de Marcelo Tinelli que cumpli\u00f3 sin sorprender. Porque la gran sorpresa del a\u00f1o fue la estrategia de Am\u00e9rica. <\/p>\n Primero, arriesgando con Gran Hermano, un formato que se cre\u00eda agotado pero que le rindi\u00f3 para consolidarse en el tercer puesto de la audiencia. Pero, sobre todo, por otro \u201creality\u201d: Intratables. El env\u00edo sigui\u00f3 a principios de 2015 girando alrededor de la far\u00e1ndula y alg\u00fan escandalete. Pero la muerte de Alberto Nisman oblig\u00f3 a un volantazo. Todo fue actualidad y noticias en la TV argentina: de ese volantazo, Intratables fue el env\u00edo que sac\u00f3 el mayor r\u00e9dito. Santiago del Moro se vio obligado -y lo hizo con una soltura notable- a manejar periodistas K y periodistas no K, a invitados pol\u00e9micos y temas dif\u00edciles. A pesar de sus ruidos, de cierto humor no siempre a tono (esos \u201cefectos de sonido\u201d), etc\u00e9tera, Intratables fue realmente el programa de TV donde se habl\u00f3 libremente -a veces hasta el aturdimiento- de todo. No fue original, pero fue contundente; no fue perfecto, pero la TV es realidad y la realidad no lo es. Y tuvo -tal su sl\u00f3gan- todas las voces, todas las que pudo. <\/p>\n Fue un s\u00edntoma: el p\u00fablico quer\u00eda y quiere saber, y por eso la emisi\u00f3n de mayor rating de un a\u00f1o con vendaval de elecciones fue el debate pre balotage entre Mauricio Macri y Daniel Scioli. En 2015, la pantalla de la televisi\u00f3n se fundi\u00f3 con la vida cotidiana, y la vida cotidiana se fundi\u00f3 con algo que podemos llamar \u201cpol\u00edtica\u201d, a\u00fan de modo larval, a\u00fan si solo tuvo forma de campa\u00f1a.<\/p>\n El mundo a la carta<\/strong><\/p>\n Pero esto que sucedi\u00f3 en el cine y la TV es s\u00edntoma de otra cosa. El cine es, cada vez m\u00e1s, el espect\u00e1culo gigante solo posible en la gran sala. La TV de \u00e9xito es, cada vez m\u00e1s, lo instant\u00e1neo, lo que sucede ante nuestra vista y ya no la ficci\u00f3n (no, ni siquiera \u201cla de calidad\u201d). Es decir, aquello que ni Internet ni los servicios a la carta (no solo Netflix, On Video o Qubit, sino tambi\u00e9n los crecientes On demand de las se\u00f1ales premium y no premium) pueden darnos. Porque el entretenimiento audiovisual, e incluso el acceso a la m\u00fasica -\u00bfacaso la noticia del a\u00f1o no fue el reciente ingreso de los Beatles a Spotify?- pasan hoy por casa, por la computadora, por el smartphone o el smartv. Y ocupa muchas m\u00e1s horas que el cine o la TV \u201cnormales\u201d (cuatro promedio Internet, dos promedio la TV), una realidad que a quienes siguen armando grillas y vendiendo publicidad en la Argentina parece escap\u00e1rseles. \u00bfPruebas? La fallida novela Entre can\u00edbales, de Telefe, tuvo mucho m\u00e1s audiencia on demand que en vivo; Historia de un Clan y Signos, en el on demand de TNT, multiplicaron su p\u00fablico. El uso del tiempo ha cambiado y, por eso, ir al cine debe ser un evento (es decir, hay que ver algo gigante) y la TV de aire debe permitirnos ver lo real cuando sucede. Pero en general gran parte de la conversaci\u00f3n pasa por esas series (Game of Tbrone o The Knick) en puro On demand. Porque para todo lo dem\u00e1s, hoy,\u00a0existe la banda ancha.<\/p>\n