{"id":12722,"date":"2016-03-17T00:00:00","date_gmt":"2016-03-17T03:00:00","guid":{"rendered":"https:\/\/satsaid.com.ar\/noticias\/sin-pantalla-para-las-nuevas-generaciones\/"},"modified":"2022-10-21T19:32:45","modified_gmt":"2022-10-21T22:32:45","slug":"sin-pantalla-para-las-nuevas-generaciones","status":"publish","type":"noticias","link":"https:\/\/satsaid.com.ar\/noticias\/sin-pantalla-para-las-nuevas-generaciones\/","title":{"rendered":"Sin pantalla para las nuevas generaciones"},"content":{"rendered":"
Los canales \u201cde aire\u201d tienen una programaci\u00f3n que apunta a los que se criaron con la TV anal\u00f3gica, una estrategia que engruesa las planillas de rating en el presente, pero puede acabar con el medio electr\u00f3nico masivo por excelencia.<\/p>\n
La TV abierta est\u00e1 en una encrucijada dif\u00edcil de sortear. Como si fuera una tragedia griega, el medio masivo por excelencia se encuentra atascado entre una sociedad de consumo que elev\u00f3 su est\u00e1ndar de calidad audiovisual al nivel internacional, y una pantalla cada vez m\u00e1s ligada a los televidentes para los que la adolescencia y la primera adultez no son m\u00e1s que difusos recuerdos de lejanos tiempos. En un momento en que los televidentes huyen hacia otras plataformas, los productores y programadores de la TV abierta parecen atrapados en el interrogante de producir programas creativos y diferentes, capaz de atraer a esas audiencias que ya no le brindan pleites\u00eda autom\u00e1tica, o simplemente pensar y programar ciclos acordes al sector etario del p\u00fablico que hoy mira \u201clos canales de aire\u201d, satisfaciendo \u00fanicamente sus intereses. Un dilema que la TV abierta argentina parece haber empezado a resolver, con programaciones que apuntan cada vez m\u00e1s a los televidentes nacidos y criados en la era anal\u00f3gica. Esta estrategia ataca a las consecuencias \u2013pero no a las causas\u2013 que llevaron a que la TV abierta ya no sea la primera opci\u00f3n de entretenimiento hogare\u00f1o.<\/p>\n
La televisi\u00f3n \u201cde aire\u201d parece haber perdido su caracter\u00edstica generalista para pasar a ser un medio de inter\u00e9s segmentado. Basta repasar los programas que diariamente cosechan mayores audiencias en la pantalla chica argentina para constatar que los que est\u00e1n del otro lado comparten preferentemente el gusto por la telenovela, m\u00e1s espec\u00edficamente por el \u201cculebr\u00f3n\u201d tradicional, el g\u00e9nero m\u00e1s ligado a las mujeres de m\u00e1s edad. Por lo habitual, el primer lugar en el podio se reparte entre la ficci\u00f3n de Pol-ka Los ricos no piden permiso (El Trece, a las 23) y la telenovela turca \u00bfQu\u00e9 culpa tiene Fatmag\u00fcl? (Telefe, a las 21). A estas dos telenovelas cl\u00e1sicas, se les suman entre los cinco programas m\u00e1s vistos el otro culebr\u00f3n de origen turco, Esposa joven (El Trece, hasta hace poco a las 23.20; ahora a las 18) y Escalera al cielo (Telefe, a las 15), el drama de origen coreano que se convirti\u00f3 en una revelaci\u00f3n. La buena recepci\u00f3n que tuvo este melodrama le dio \u00ednfulas a Tom\u00e1s Yankelevich para seguir importando productos asi\u00e1ticos, como la serie coreana Mi amor de las estrellas, que el pr\u00f3ximo lunes arribar\u00e1 a la pantalla diariamente, en reemplazo de Escalera al cielo.<\/p>\n
La recomposici\u00f3n de la audiencia televisiva, tras la migraci\u00f3n y disgregaci\u00f3n que produjo la revoluci\u00f3n digital hogare\u00f1a, parece estar afectando incluso a las audiencias de aquellas telenovelas que se corren del modelo m\u00e1s cl\u00e1sico. Un buen ejemplo de ello es lo que ocurre en la competencia entre Los ricos no piden permiso y La Leona (Telefe, 23.00). La historia m\u00e1s tradicional y arquet\u00edpica de Los ricos…, apoyada sobre la lucha de clases entre ricos y pobres, termin\u00f3 por imponerse en la audiencia, seg\u00fan la informaci\u00f3n suministrada por Ibope. Por su parte, sin salirse del todo del g\u00e9nero pero transgrediendo sus l\u00edmites, La Leona propone una historia en la que la verdadera protagonista es la problem\u00e1tica laboral, contando situaciones m\u00e1s cercanas a la realidad de los televidentes, interpel\u00e1ndolos, aun cuando la ficci\u00f3n se grab\u00f3 el a\u00f1o pasado. En ese sentido, la distancia de la trama de culebr\u00f3n de Los ricos… parece ser m\u00e1s funcional al p\u00fablico que hoy en d\u00eda mira la TV abierta, que por formaci\u00f3n anal\u00f3gica es renuente a relacionarse con las nuevas tecnolog\u00edas. La falta de una historia de amor central fuerte, protag\u00f3nica, puede estar pas\u00e1ndole factura a la complejidad narrativa de La Leona, que de cualquier manera siempre se ubica como el primero o segundo programa m\u00e1s visto de Telefe.<\/p>\n
La audiencia oto\u00f1al que permanece en la TV abierta no s\u00f3lo se manifiesta en los altos niveles de rating de las telenovelas. Hay otro fen\u00f3meno que refleja la idea de que la TV abierta local parece volcarse \u2013consciente o inconscientemente\u2013 a satisfacer \u00fanicamente al p\u00fablico que resiste en consumir la TV tradicional: el de la buena audiencia que tienen las repeticiones de ciclos producidos hace m\u00e1s de cuarenta a\u00f1os. \u00bfO c\u00f3mo se explica, de lo contrario, que El Zorro (El Trece, 11.30), la serie producida a fines de los 50, sea el programa m\u00e1s visto en su franja horaria? \u00bfHay alguna explicaci\u00f3n m\u00e1gica alrededor del hecho de que La familia Ingalls (Telefe, 18) acumule en cada una de sus emisiones una audiencia superior a los 8 puntos de rating, imponi\u00e9ndose como el programa m\u00e1s visto de su horario? Otra prueba de que la TV abierta est\u00e1 m\u00e1s cercana a la tercera edad que a segmentos etarios m\u00e1s j\u00f3venes radica en que las repeticiones de ficciones de estructura cl\u00e1sica como Dulce amor (Telefe, a las 16) tambi\u00e9n alcanzan los dos d\u00edgitos de audiencia en plena tarde.<\/p>\n
Las remakes de programas que la TV argentina empieza a producir tambi\u00e9n es otra se\u00f1al ineludible del p\u00fablico que la mira. La nueva versi\u00f3n de Pol\u00e9mica en el bar (Telefe, domingos a las 14) es un claro ejemplo de que la audiencia de los canales de aire tienen un componente etario cada vez m\u00e1s alto. Esta afirmaci\u00f3n adquiere mayor sustento con las planillas en mano: la versi\u00f3n del ciclo creado por Gerardo Sofovich a fines de los 60 es lo m\u00e1s visto del domingo, detr\u00e1s de las transmisiones del f\u00fatbol. \u00bfC\u00f3mo es posible que un programa surgido bajo un paradigma cultural muy diferente al actual, que recrea en sus guiones expresiones machistas, homof\u00f3bicas y cosificantes para la mujer, sea el de mayor audiencia del d\u00eda en que se emite en pleno siglo XXI y en el marco de una sociedad que ha avanzado en derechos ligados a la perspectiva de g\u00e9nero? Como si no fueron suficiente con Pol\u00e9mica…, El Trece tiene en carpeta poner al aire una versi\u00f3n de La peluquer\u00eda de Don Mateo, otro producto televisivo surgido de la concepci\u00f3n art\u00edstica y cultural de Sofovich.<\/p>\n
A este panorama se le suma la carencia de ciclos destinados al p\u00fablico joven que existe en la actualidad de la TV abierta argentina. Basta repasar las programaciones de los canales para constatar que abundan las telenovelas, los programas de entretenimiento y los ciclos con panelistas dispuestos a \u201cdebatir\u201d a los gritos, cual circo romano. El p\u00fablico adolescente y joven adulto, entre los 16 y los 40 a\u00f1os, no encuentra en la contenidos producidos y pensados directamente para sus gustos y preferencias. Para ese sector etario \u2013m\u00e1s amigable con la tecnolog\u00eda digital y la posibilidad de ver contenidos en otras plataformas, cu\u00e1ndo y d\u00f3nde quiera\u2013, la TV tradicional dej\u00f3 de ser una opci\u00f3n de entretenimiento, salvo alg\u00fan acontecimiento deportivo o informativo de transmisi\u00f3n en vivo y en directo. Mucho menos encuentran su lugar los millennials, la generaci\u00f3n nacida en el siglo XXI y criada bajo la din\u00e1mica de la era digital.<\/p>\n
Entre una pantalla que sigue pensando y programando los contenidos a la vieja usanza, y varias generaciones que no comprenden c\u00f3mo alguien puede esperar d\u00edas y caprichos de programadores para poder ver a sus programas favoritos cuando los tienen en todo momento a un click de distancia, la TV abierta argentina parece destinada a perder audiencia con efecto homeop\u00e1tico. De hecho, en la \u00faltima d\u00e9cada la audiencia global de la TV abierta local cay\u00f3 un 30 por ciento, pasando de los 39,1 puntos de rating que acumul\u00f3 en promedio en 2004 a los 27,6 alcanzados en 2015. Si bien el factor tecnol\u00f3gico influy\u00f3 para que se produjera esta ca\u00edda, lo cierto es que la programaci\u00f3n actual de la TV abierta argentina no parece estar planteando lucha alguna para evitar esa sangr\u00eda y recuperar a ese segmento de la audiencia que elige entretenerse a trav\u00e9s de otros medios.<\/p>\n
El riesgo de tomar decisiones con la planilla de rating en mano es que lo que es pan (o audiencia) para hoy ser\u00e1 hambre para ma\u00f1ana. El inevitable paso del tiempo reducir\u00e1 cada vez m\u00e1s el potencial p\u00fablico \u201canal\u00f3gico\u201d al que hoy apuntan los contenidos de la TV abierta, mientras se ampliar\u00e1 el compuesto por los \u201cnativos digitales\u201d. Ese fen\u00f3meno evolutivo irreversible afectar\u00e1 fuertemente a la TV abierta si quienes la conducen s\u00f3lo aspiran a satisfacer la imperiosa necesidad de tener buenas noticias en la planilla de rating de ma\u00f1ana, sin comprender que lo que se est\u00e1 poniendo en riesgo no es la lucha de egos y bonus econ\u00f3micos de fin de a\u00f1o, sino la misma subsistencia del medio masivo por excelencia. La creatividad parece ser la \u00fanica garant\u00eda para que la TV abierta no termine convirti\u00e9ndose en un nuevo \u201cgeri\u00e1trico electr\u00f3nico\u201d.<\/p>\n
Nota de Emanuel Respighi (17\/03\/2016)<\/p>\n