La mujer del compa\u00f1ero Bernardo Razumney, delegado de Cablevisi\u00f3n, recuper\u00f3 su identidad.<\/strong><\/p>\n
La justicia reconoci\u00f3 a una mujer como hija natural de un joven militante del MLN-T desaparecido en Chile hace cuarenta a\u00f1os. El proceso judicial estableci\u00f3 que Elizabeth es hija de Juan \u00c1ngel Cend\u00e1n, y desde ahora llevar\u00e1 su apellido.<\/p>\n
Juan \u00c1ngel Cendan y Ana Mar\u00eda Varo se conocieron en 1970. La relaci\u00f3n creci\u00f3, se consolid\u00f3 y el 6 de septiembre de 1972 tuvieron una hija, Alba Elizabeth. La ni\u00f1a fue inscripta s\u00f3lo por su madre, ya que \u00e9l no pod\u00eda reconocerla: Cend\u00e1n era militante del Movimiento de Liberaci\u00f3n Nacional – Tupamaros (MLN-T) desde 1969 y hac\u00eda varios meses que viv\u00eda en la clandestinidad.<\/p>\n
Durante tres meses la familia vivi\u00f3 en una precaria casa de la calle Croacia, en Sayago, propiedad de la familia del joven. Fueron meses de alta tensi\u00f3n pol\u00edtica, con las fuerzas represivas patrullando las calles en busca de militantes de organizaciones \u201csubversivas\u201d. El exilio fue el destino.<\/p>\n
El 15 de enero de 1973, los tres ingresaron a Chile por ferrocarril. El joven continu\u00f3 su militancia pol\u00edtica en el exilio, pero se separ\u00f3 del MLN-T por diferencias con la organizaci\u00f3n: se neg\u00f3 a viajar a Cuba sin su compa\u00f1era y su hija. No quer\u00eda distanciarse de ellas, aunque para protegerlas no viv\u00eda bajo el mismo techo. Un d\u00eda despu\u00e9s del golpe de Estado contra el gobierno de Salvador Allende, Cend\u00e1n desapareci\u00f3 sin dejar rastros.<\/p>\n
La investigaci\u00f3n hist\u00f3rica de las autoridades chilenas en busca de detenidos desaparecidos concluy\u00f3 que fue detenido el 12 de septiembre de 1973 por efectivos del ej\u00e9rcito, junto a un grupo de uruguayos exiliados en ese pa\u00eds. Su cuerpo fue arrojado al mar, frente a las costas de San Antonio, a diez millas de la costa. Ten\u00eda 22 a\u00f1os.<\/p>\n
Cuando se produjo el golpe de Estado, Varo y su hija resid\u00edan en un hotel cercano a La Moneda. Tras varios d\u00edas sin se\u00f1ales de su compa\u00f1ero, ella concurri\u00f3 a la Embajada de Uruguay en Chile y present\u00f3 su caso, sin mencionar a su compa\u00f1ero. A los pocos d\u00edas fue repatriada, junto a su hija, en un avi\u00f3n de la Fuerza A\u00e9rea Uruguaya.<\/p>\n
Historia de lucha<\/strong><\/p>\n
En 1978, Ana Mar\u00eda Varo fue involucrada en un confuso episodio por el que fue investigada por la Justicia, y decidi\u00f3 viajar a Argentina. Su hija qued\u00f3 en Uruguay y fue internada en dependencias del Consejo del Ni\u00f1o hasta que cumpli\u00f3 16 a\u00f1os. Al egresar del centro, Elizabeth viaj\u00f3 a Argentina para reencontrarse con su madre, pero la relaci\u00f3n entre ambas no fue buena. Varo retorn\u00f3 a Uruguay y Elizabeth permaneci\u00f3 en Argentina, donde comenz\u00f3 a construir su vida.<\/p>\n
En 1995, Ana Mar\u00eda Varo sufri\u00f3 un accidente cerebrovascular y cuando su hija vino a visitarla le entreg\u00f3 dos fotos de su padre e informaci\u00f3n sobre su familia paterna, pero la joven consider\u00f3 que no era el momento de conocerla. Tres d\u00edas despu\u00e9s, su madre falleci\u00f3 y ella recibi\u00f3 parte de sus pertenencias, entre ellas, una carta del gobierno chileno.<\/p>\n
La misiva reconoc\u00eda a Juan \u00c1ngel Cend\u00e1n como v\u00edctima del terrorismo de Estado. \u201cEra una nota dirigida a mi madre, en la que el Estado chileno se hac\u00eda responsable de la desaparici\u00f3n de mi padre\u201d, cont\u00f3 Elizabeth a Caras y Caretas. Con el tiempo, se puso en contacto con el n\u00famero que aparec\u00eda en la carta y decidi\u00f3 iniciar los tr\u00e1mites para que se reconociera su identidad.<\/p>\n
No fue sencillo. No exist\u00edan registros ni actas donde su padre la reconociera como hija y no exist\u00eda posibilidad de realizar los ex\u00e1menes de ADN, ya que su abuela hab\u00eda fallecido. Durante uno de sus viajes a Uruguay para participar de la Marcha del Silencio, entabl\u00f3 contactos con el abogado Jos\u00e9 Luis Gonz\u00e1lez y en 2011 inici\u00f3 un proceso judicial por \u201cposesi\u00f3n notoria de estado civil\u201d.<\/p>\n
La demanda solicitaba reconocer el v\u00ednculo filial entre Elizabeth y su padre. El escrito aduc\u00eda que Cend\u00e1n en todo momento present\u00f3 a Elizabeth como su hija, y que fue el contecto complejo de la \u00e9poca que le impidi\u00f3 reconocerla. Dos a\u00f1os despu\u00e9s, el juez Gustavo Iribarne acogi\u00f3 los argumentos y declar\u00f3 a Elizabeth \u201chija natural\u201d de Juan \u00e1ngel Cend\u00e1n. De ahora en adelante llevar\u00e1 su apellido.<\/p>\n
Hija natural<\/strong><\/p>\n
El reconocimiento judicial se bas\u00f3 en el c\u00famulo de pruebas incorporadas en la causa, entre ellas, el testimonio de familiares y amigos de Cend\u00e1n y Varo, que certificaron el v\u00ednculo filial con Elizabeth. Adem\u00e1s se incorporaron documentos recogidos en la investigaci\u00f3n hist\u00f3rica sobre detenidos desaparecidos, elaborado por la Corporaci\u00f3n Nacional de Reparaci\u00f3n y Reconciliaci\u00f3n del gobierno chileno, donde se estableci\u00f3 el eventual destino de los restos de Cend\u00e1n, entre ellos, los registros de migraci\u00f3n que dan cuenta del ingreso del joven a Chile \u201c con su compa\u00f1era y su hija reci\u00e9n nacida\u201d.<\/p>\n
Con estos elementos, el juez Gustavo Iribarne consider\u00f3 probado el lazo filial entre ambos. \u201cTodos los testigos que aportaron su versi\u00f3n fueron contestes en expresar que Juan \u00c1ngel Cend\u00e1n admiti\u00f3 siempre en vida su paternidad en relaci\u00f3n a Alba Elizabeth, a quien siempre present\u00f3 y trat\u00f3 como tal ante familia y amigos ya fuere en \u00e1mbitos familiares o p\u00fablicos\u201d, al tiempo que resulta probado que la \u201crelaci\u00f3n padre-hija se extendi\u00f3 desde el nacimiento de Alba El\u00edzabeth en septiembre de 1972 hasta la fecha de desaparici\u00f3n del padre ocurrida un a\u00f1o despu\u00e9s\u201d, afirm\u00f3 la Sede.<\/p>\n
En este sentido, las circunstancias del caso \u201cpermiten concluir que el destino de Juan \u00e1ngel Cend\u00e1n fue quien impidi\u00f3 la prolongaci\u00f3n en el tiempo del trato y fama que, previamente a su desaparici\u00f3n forzada, le otorg\u00f3 a su hija Alba Elizabeth\u201d, al tiempo que todos los elementos presentados en la causa \u201chabilitan a conjeturar razonablemente que de no haberse verificado la tragedia personal acaecida la fama y el trato de hija se hubieran sostenido en el yiempo\u201d.<\/p>\n
\u201cAs\u00ed debe ponderarse en primer lugar que Cend\u00e1n se encontraba al tiempo del nacimiento de su hija en situaci\u00f3n de clandestinidad, circunstancia que conforme a las m\u00e1ximas de la experiencia dan cuna explicaci\u00f3n justificada sobre los motivos que tuvo para no presentarse ante una oficina p\u00fablica a realizar el reconocimiento respectivo\u201d.<\/p>\n
\u201csu traslado a Chile con su compa\u00f1era y su hija dicen de su voluntad de mantener en toda circunstancia el referido v\u00ednculo filial. Tal decisi\u00f3n presenta continuidad por el vinculo que m\u00e1s tarde, y luego de todos los avatares que rodearon a la ni\u00f1a en los a\u00f1os posteriores, mantuvo y mantiene Alba Elizabeth con su familia paterna\u201d, valor\u00f3 el magistrado.<\/p>\n
Su historia<\/strong><\/p>\n
Alba Elizabeth Cend\u00e1n Varo supo desde siempre quien era su padre. Lo sab\u00eda por su madre, quien le enviaba cartas con su nombre, pero s\u00f3lo despu\u00e9s de su muerte decidi\u00f3 que era momento de buscar su reconocimiento legal. Hace cinco a\u00f1os, por intermedio de la Secretar\u00eda de Seguimiento de la Comipaz (hoy Secretar\u00eda de Derechos humanos de Presidencia), Elizabeth se enter\u00f3 de que una prima de su padre la estaba buscando.<\/p>\n
Las dos mujeres se contactaron y Elizabeth pudo conocer parte de su historia, as\u00ed como rehacer los lazos con su familia paterna. Por intermedio de ellos y de amigos de su padre pudo conocer algunas an\u00e9cdotas de esos a\u00f1os de militancia y clandestinidad. \u201cMi padre y mi madre se quedaban en la casa de una t\u00eda y cuando ven\u00edan los milicos sal\u00edan corriendo con un ba\u00f1ito rosado en la mano; siempre se iban conmigo. No s\u00e9 por qu\u00e9, pero agarraban un ba\u00f1ito\u201d, cuenta Elizabeth, con una sonrisa.<\/p>\n
Los tres juntos llegaron a Chile y se separaron s\u00f3lo cuando Cend\u00e1n fue detenido. \u201cMi madre la pas\u00f3 fea en Chile, conmigo, cuando el golpe; era joven, ten\u00eda 21 a\u00f1os. Ella no se despidi\u00f3 de \u00e9l; la \u00faltima vez que habl\u00f3 con \u00e9l fue tres d\u00edas antes del golpe, yo ten\u00eda un a\u00f1o, mi padre se hab\u00eda separado de mi madre para cuidarnos. Nunca se despidi\u00f3 de \u00e9l\u201d.<\/p>\n
La imposibilidad de su padre de reconocerla le provoc\u00f3 muchos dolores de ni\u00f1a, como cuando iba a la escuela y le ped\u00edan que escribiera su nombre. \u201cNo me voy a olvidar nunca en mi vida, cuando nos hac\u00edan escribir los datos de nuestros padres, yo pon\u00eda el nombre de mi padre, y la maestra ven\u00eda y hac\u00eda un tach\u00f3n y anotaba \u201cno tiene\u201d\u201d.<\/p>\n
Por todo esto, la decisi\u00f3n de la Justicia signific\u00f3 un triunfo para Elizabeth. Cuando se enter\u00f3 de la noticia no pudo contener la emoci\u00f3n y llor\u00f3 varios minutos. \u201cEstaba desbordada. Me duele la ausencia, me duele todo. Siempre me doli\u00f3, s\u00f3lo que ahora no est\u00e1 oculto. Esto lo esper\u00e9 toda mi vida porque es un duelo que no est\u00e1 cerrado y ni siquiera est\u00e1 en proceso\u201d.<\/p>\n
\u201cEs una enorme alegr\u00eda, porque sienta un precedente y deja una puerta abierta para otros que est\u00e9n en mi situaci\u00f3n y quieran ser reconocidos, pero tambi\u00e9n significa cargarme al hombro la historia de mi pap\u00e1. Duele bastante no s\u00f3lo el hecho de ser hija de un desaparecido sino tambi\u00e9n cuando mi hija pregunta por su abuelo. Mi hija es un calco de mi padre, ahora es m\u00e1s grande y entiende\u201d, concluy\u00f3 Elizabeth.<\/p>\n
Fuente: Revista Caras & Caretas
\nNota de Mauricio P\u00e9rez<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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